sábado, 19 de abril de 2014

La sueña, la presiente, la adivina.

















La sueña, la presiente, la adivina.

Y sus labios se estremeciesen besándola

y el alba los envuelve en cada pliegue

de sábanas blancas a veces necesitan

volar y huir de la cárcel de la vida.
 


Esperan el melancólico día sin olvidar

nunca la poesía que los hizo soñar…

Se consumen las hojas del calendario

esperando ese día que la vea llegar.
 


Hermana de Antü, hija de Mapu...llegará

pensativa, sentida a tu valle pleno de uvas

deslumbrada por el sol del Arauco ,llegará

 y se desvanecerá el dolor para siempre.





Nora Noemí Zeliz Pirillo

©Noemí_Alas

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 23-ene-2013
 







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