sábado, 20 de septiembre de 2014

Ya no tengo montañas











Ya no tengo montañas


Las montañas no saben que son mi magia
Ignoran que las necesito para sanar.
No solo mi paso lento, este terrible dolor que llevo
Clavado en mí pecho; ni siquiera sabe quien soy
Olvidó mi canto delicado, mi mirada asombrada.

No recuerda que por las noche duermo como
Un bebe sin temores sabiéndose amado por su madre.
Y ni la luna y las estrellas me recuerdan, cada una
Conserva su brillo bruñido de santas estrellas..
que el norte señalan, mientras sueño que aun me amas.

Los bosques ya no conocen mi paso y mi huella se perdió.
Sola como siempre, sola y no habrá más ni una pisada
Nada que deje un simple recuerdo se lo que fui,
ya no habrá maullidos nocturnos ni el canto del Búho.

Todo lo que fue mío ahora es ajeno, me fue arrancado
No quedará forma ni marca de mis dedos en el espejo.
Todo se me perdió, así muriéndome voy, cómo podrán
Comprender este dolor, cuando se es ser libre de montañas.


Todo ahora es abstracto, como mi destino
como mi breve camino y mi vereda rota, donde
si mal camino caigo por el más hondo barranco
ese que es el destino, de los que hemos perdido todo.


Quizá el destino humano sea así, cada uno mereciéndose
Lo que le toca, así callada sin palabras –rotas- de largos
Y terribles silencios y mi luna rota,
mis estrellas apagándose, como mis ojos.


Nora Noemí Zeliz Pirillo.
©Noemí_Alas

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20-sep-2014
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